Breve tratado sobre la Cena del Señor (II)

Segunda parte de este breve tratado. En esta segunda entrega, donde Calvino trata de desacreditar las doctrinas de Roma y, posteriormente, de mediar en un tono conciliatorio entre, por un lado, Lutero y, por otro, Zuinglio y Ecolampadio, quizás en cierta manera baja el nivel con respecto a la riqueza teológica de la primera, pero aún así es una lectura interesante.

33. CUARTA DIVISIÓN GENERAL. ERRORES EN LA CENA.

Llegamos al cuarto punto principal. El diablo, sabiendo que nuestro Señor no le ha dejado nada más útil a su Iglesia que el santo sacramento, ha trabajado de la manera habitual desde el principio para contaminarlo con errores y supersticiones, para corromper y destruir su beneficio, y nunca ha dejado de perseguir esta maldición, hasta que haya revocado completamente la ordenanza del Señor y la haya convertido en falsedad y vanidad. Mi intención no es señalar en qué momento se adoptó cada abuso y en qué momento se aumentó; será suficiente hacer notar de manera articulada los errores que el diablo ha introducido y contra los cuales debemos protegernos si queremos tener la Cena del Señor en su integridad.

34. PRIMER ERROR.

El primer error es el siguiente: mientras el Señor nos dio la Cena para que se distribuyera entre nosotros para testificarnos que, al comulgar en su cuerpo, formamos parte del sacrificio que ofreció en la cruz a Dios su Padre, para la expiación. y la satisfacción de nuestros pecados, los hombres, de su propia cabeza, han inventado, por el contrario, que es un sacrificio por el cual obtenemos el perdón de nuestros pecados ante Dios. Esta es una blasfemia que es imposible de soportar. Porque si no reconocemos la muerte del Señor Jesús, y la consideramos como nuestro único sacrificio por el cual nos ha reconciliado con el Padre, borrando todas las faltas por las cuales fuimos responsables ante su justicia, destruimos su virtud. Si no reconocemos a Jesucristo como el único sacrificio, o, como comúnmente lo llamamos, sacerdote, por cuya intercesión somos restaurados al favor del Padre, le privamos de su honor y le hacemos una gran injusticia.

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Breve tratado sobre la Cena del Señor (I)

Tras una prolongada ausencia, volvemos con la publicación de la traducción en dos entregas de esta pequeña obra de Juan Calvino (original en inglés AQUÍ).

En este breve tratado escrito en 1540, Calvino expone de forma sucinta y muy clara su doctrina acerca de la Cena del Señor, debido a las disputas que habían surgido ya en su época sobre esta cuestión, criticando muy fuertemente las posturas de la Iglesia de Roma, pero tratando a la vez de mediar y conciliar en las agrias controversias existentes entre los luteranos y los reformadores suizos.

1. RAZÓN POR LA CUAL MUCHAS CONCIENCIAS DÉBILES PERMANECEN EN INCERTIDUMBRE EN CUANTO A LA VERDADERA DOCTRINA DE LA CENA.

Como el santo sacramento de la Cena de nuestro Señor Jesucristo ha sido objeto de varios errores importantes, y en estos últimos años ha sido nuevamente envuelto en diversas opiniones y disputas contenciosas, no es de extrañar que muchas de las conciencias débiles no puedan resolver de manera justa qué posición deben tomar, sino que permanezcan en la duda y la perplejidad, esperando que toda disputa sea dejada de lado y que los siervos de Dios lleguen a algún acuerdo al respecto. Sin embargo, como es una cosa muy peligrosa no tener certeza sobre una ordenanza, cuya comprensión es tan necesaria para nuestra salvación, he pensado que podría ser una tarea muy útil tratar brevemente y, sin embargo, deducir claramente un resumen de lo que hay que saber sobre ello. Puedo agregar que algunas personas dignas me pidieron que lo hiciera, a quienes no podía negarme sin descuidar mi deber. Para deshacernos de todas las dificultades, es conveniente atender el orden que he decidido seguir.

2. EL ORDEN QUE SERÁ OBSERVADO EN ESTE TRATADO.

Primero, pues, explicaremos con qué fin y por qué razón nuestro Señor instituyó este santo sacramento.

En segundo lugar, qué fruto y utilidad recibimos de él, donde también se mostrará cómo se nos da el cuerpo de Jesucristo.

En tercer lugar, ¿Cuál es el uso legítimo de la misma?

En cuarto lugar, detallaremos los errores y las supersticiones con que ha sido contaminado, donde se mostrará cómo los siervos de Dios deben diferir de los papistas.

Por último, mencionaremos cuál ha sido el origen de la discusión que ha tenido lugar, incluso entre aquellos que en nuestro tiempo han devuelto la luz del Evangelio y se han empleado en la correcta edificación de la Iglesia en la sana doctrina.

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