El pecado (II)

Tras varias semanas sin publicar, volvemos a ofrecer nuevas citas puritanas.

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Su degradación:

El pecado ha degradado al hombre y lo ha hecho una bestia. Es verdad que tiene forma de hombre, pero ¡ay! Ha degenerado en una naturaleza bestial y animal […]. Más valdría ser una bestia que parecerse a una bestia, viviendo y muriendo como tal. Más valdría ser el asno de Balaam que un asno como Balaam […]. Pero para presentarte más clara y plenamente esta degeneración y degradación del hombre por el pecado, trataré de ello bajo tres encabezados: El pecado ha hecho al hombre: (a) Semejante a una bestia; (b) Semejante a la peor de las bestias; (c) Peor que las bestias.

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Las iglesias de Apocalipsis (V): Sardis

Quinta parte de la serie sobre las iglesias de Apocalipsis; en esta ocasión, Sardis:

SARDIS

Si nos ponemos a mirar las situaciones de las diversas iglesias locales descritas en Apocalipsis, las que ofrecen menos entusiasmo seguramente son Sardis y Laodicea. Quedan a merced de nuestra crítica con facilidad. Incluso puede “gustar” criticarlas, porque eso parece que nos coloca en un escalón ético superior. No olvidemos, sin embargo, que es su Señor, el que tiene su estrella, el que puede quitar o mantener su candelero, el único que tiene jurisdicción para dictar sentencia, sobre esas iglesias, y sobre cualquiera de nuestros días.

Cuando Cristo el Mesías le dice a Sardis (a su ángel, pastor o pastores) que tiene nombre de que vive y, sin embargo, está muerta, de inmediato se activa nuestro dedo de condena, y con gran gusto mostramos nuestro disgusto y colocamos nuestros desprecio, lo más visible posible, en el pedestal de aquel fariseo que proclamaba: yo no soy como ese.

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