Proponemos la lectura de un nuevo artículo (que en realidad rescatamos de entre las publicaciones realizadas en nuestra antigua página web), que consideramos de gran interés. Escrito por Rushdoony hace ya bastantes años, sigue siendo de enorme actualidad.
Nunca se insistirá demasiado en la necesidad que tiene el cristiano de reconocer la distinción entre la trinidad económica y la trinidad ontológica. Al decir “trinidad económica”, nos referimos a la relación del Dios trino con nosotros en su obra redentora, su providencia, el Espíritu habitando en nosotros, etc. La trinidad ontológica indica a Dios en su propio ser, como Él es, en su aseidad eterna.