Dice Juan el Apóstol, en Apocalipsis 12:1-6:
“Y una grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir. Y fué vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para parir, á fin de devorar á su hijo cuando hubiese parido. Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fué arrebatado para Dios y á su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos y sesenta días”.
Esta visión de Juan es sumamente importante y un símbolo clave en todo el libro de Apocalipsis, pues describe a la perfección cuál ha sido el camino de la Iglesia hacia la Redención, el intento de sus enemigos (los instrumentos que Satanás ha empleado) por destruirla y la seguridad absoluta de que está Redención tendrá lugar en Cristo (y solo en Cristo). Seguir leyendo La guerra perpetua de Satanás para destruir a la Iglesia